Después de esta racha de fines de semana truncados por el mal tiempo nos echamos a la carretera
con intención de volver a la población de Barcena Mayor pero el tiempo era malo así que tiramos para la costa que no llovía y me acordé de algo que leí en una revista semanal del País Vasco referente a la existencia en Cantabria de un pequeño bosque de sequoias y como no creíamos que existieran en estos lares ese espécimen nos encaminamos a Cabezón de la Sal y en la salida de la autovía en la primera rotonda tomamos el camino a Comillas y justo a unos 500 metros de la citada rotonda encontramos el bosque con un pequeño parking y zona de descanso
hasta la urbanización del los pasillos eran de lo mas natural
también había jóvenes ejemplares
realmente parecía un bosque encantado con esa rectitud de los impresionantes arboles, que espero sepamos conservar por mucho tiempo, todo un tesoro al lado de nuestras casas y casi sin enterarnos de su existencia.
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